Talismanes imantados
Es muy conveniente tocar los talismanes antes de usarlos con
la piedra imán, que como es sabido, tiene la propiedad de atraer
todos los cuerpos de la naturaleza.
Considerando que en el tmiverso todo se rige por las leyes de
la atracción, ésta es una circunstancia que tuvieron presente los sabios
cabalistas para dotar a los talismanes de la virtud atractiva.
Los astros tienen estas propiedades en grado sumo, pues de
no ser así no podrían gravitar sobre el espacio y si bien está demostrado
que la acción que ejercen unos sobre los otros los precipitan
a unirse, resulta sin embargo que se halla equilibrado por la
que ejercen a su vez los demás planetas, la cual da por resultado,
que se hallen fijos en un punto dado sin que puedan por ningún
concepto moverse en ninguna dirección.
Esto no basta para que su influencia se deje sentir sobre todo
el universo y esta influencia es la que se ha de buscar con más seguridad
con los talismanes imantados, que sirven para transmitirla
a la vez a todos los seres, tanto naturales como sobrenaturales.
Es decir, que lo mismo pueden atraer a las personas como a los
animales, a los espíritus, como a les elementos.
Hecha la explicación, solo resta indicar la forma usada por el
gran Rabino Yram Radiei. con arreglo a las explicaciones que el
sabio Salomón nos da en su sagrada Clavícula.
Salomón nos da en su sagrada Clavícula.
Estos talismanes se forman bajo los auspicios de los siete me^
tales que son apropiados a los siete planetas, por lo cual y con la
virtud que les comunica la piedra imán, gozan de propiedades generales,
cuva cualidad no poseen los que sólo se forman por un
solo metal y bajo las influencias de un solo astro.
Para usarlos se colocan, como los demás, dentro de una bolsita
de raso verde, poniendo a la vez unas limaduras de acero y
oro y siete granos de trigo como ofrenda a los siete planetas.
Esta ceremonia debe hacerse en domingo a la salida del sol
colocándole después sobre el corazón, pendiente de un cordoncito
de seda verde.
No ha de olvidarse que el talismán favorece a quien lo lleva
consigo, tanto en los negocios como en los viajes, en juego, en
amores, combates, etc., pero para adquirir sus dones ha de hacerse
digno de merecerlos.
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